lunes, 7 de enero de 2013

Abotargada la cabeza

Estoy tomando antidepresivos. En concreto unos que llevan una pequeña dosis de antipsicóticos, muy suaves. Llevo un par de días con una dosis menor a la que me indicó el médico porque son raros de encontrar y los tengo pedidos en la farmacia pero no llegan. Lo extraño es que, aunque he vuelto a tener ganas de colgarme del cuello antes de meterme en la cama, el resto del día he estado extrañamente bien. Notas mucho la diferencia, la cabeza se te embala y luego notas el cansancio. Y un abotargamiento de cabeza considerable, mezclado con algo de jaqueca y cansancio general.

He estado toda la tarde jugando al ajedrez con el mismo amigo de ayer. Luego hemos comido unas pizzas y hemos terminado la tarde con un partido de fútbol en la consola. 


Ahora que me paro a pensarlo, la mayoría de la gente que lea esto pensando que es el blog de un suicida estará sintiéndose algo defraudada. Tengo que aclarar que se trata del blog de un suicida con ganas de quitarse las ideas suicidas de la cabeza. Cuento mi experiencia después de haber pasado momentos realmente malos y tras ver que no soy capaz de dar el paso final: dejarme colgar de un cable. Es decir con la idea de sustituir esta idea que merodea mis pensamientos con entradas sobre antes y después del momento en el que se me viene a la cabeza, porqués, cuándos, o simplemente sensaciones. Como hoy.

Porque imagino que, aunque habrá un gran porcentaje de gente con intenciones suicidas que no hayan atendido todavía a un psiquiatra o especialista, también los habrá que ya hayan pedido ayuda, seguido tratamiento, estén en ello y no consigan erradicar las ganas de suicidarse, aún habiendo pasado ya un tiempo considerable. En cualquier caso, es mi caso particular. Y a fin de cuentas esto viene a ser un blog personal, bitácora, diario, etc., aunque lo sea de los deambulares particulares de mi mente en torno al suicidio.

Lo que decía: me sorprende que el contraste ante la falta de medicación no sea tan brusco como esperaba. Es una sensación muy física, como una resaca muy mala. La última vez que me salté la medicación las ideas suicidas aumentaron considerablemente, eso es cierto. Así que imagino que estoy haciendo progresos, o quizás esté empezando a salir del túnel. Querría consultar con mi médico por si pudiera empezar a rebajar las dosis de antidepresivos y ver qué pasa.

Pero lo cierto es que al entrar otra vez en el cuarto y tumbarme en la cama se me ha venido el mundo encima y la idea de escoger un buen momento para terminar con todo ha vuelto a venirme a la cabeza, y de forma bastante punzante. Noto, no creáis que no, que empiezo a excederme en mi experiencia cotidiana y me falta algo de información relevante. Mi intención no es hacerme famoso (qué cosas), así que tampoco importa demasiado. En cualquier caso intentaré buscar algo de información respecto a dejar tratamientos psiquiátricos justo ahora.

Mientras tanto, en algún lugar de internet, otros suicidas están buscando ayuda desesperadamente en el ciberespacio sabiendo en el fondo, como yo, que la solución solo está en ellos mismos.

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